martes, 28 de julio de 2015

The Way

They made up their minds / And they started packing / They left before the sun came up that day / An exit to eternal summer slacking / But where were they going without ever knowing the way? 
Fastball - The Way (Tony Scalzo, bajista de la banda)

Se había acabado el combustible, al salir de mi ciudad había realizado una carga completa del tanque del auto. Mis intenciones nuca fueron llegar a algún destino en particular. Solo quería llegar hasta allí. El lugar que tenía que llegar, no era uno, sino cualquiera; y no era totalmente cualquiera, sino el indicado. ¿Cómo saber cuál sería el lugar indicado entonces? En realidad nunca lo imagine, solo iba a saberlo cuando esté en ese lugar y en el momento indicado. ¿Quién me lo iba a indicar? Mi interior.

Días antes de llegar a ese destino, me sentía como dice la canción: “sapo de otro pozo”. Un amigo de la infancia era mi médico de cabecera, y me había indicado varios análisis a modo de chequeo general. El diagnóstico, no fue la mejor noticia que recibí en mi vida, pero a partir de ahí cambiaría  todo radicalmente.


El lugar dónde se paró mi auto era sobre la Ruta 3, desde que salí de mi ciudad, no había parado ni para comer. Fue como manejar por inercia. Había encendido el auto y pise el acelerador, sin darme mucha cuenta, sin percibir el paso de las horas, simplemente llegue hasta aquí. A lo lejos podía divisar un risco y a unos kilómetros de pasada, una estación de servicio. Dejando las puertas bien cerradas y las balizas encendidas, seguí por la ruta caminando en dirección al autoservicio.

-“Me di cuenta de algo anómalo”; me había dicho mi médico, y lo recordaba mientras avanzaba. Iba abrigado; a pesar del ejercicio de caminar, el frío se hacía sentir. Tenía una marcha relativamente lenta, pues las cosas que me apuraban en otro momento, habían quedado allá lejos. Mi preocupación, ahora, era llegar hasta ahí. Escuchaba por los auriculares del celular una canción de Los Tipitos, un viaje interminable; realmente la caminata se estaba haciendo larga, como queriéndose mimetizar con la canción.

Al llegar a la estación de servicio, aproveche que tenían una sucursal del correo y envié un telegrama al trabajo, solicitaba mi renuncia. Tomé un café, mirando el paisaje de afuera, cosa que no había contemplado ni por un instante en todo el viaje. Mientras tanto, escribía una carta a mi hermano, otra carta para mi viejo y finalmente una más para toda la familia, las guardé a todas en un mismo sobre y las envié también, antes de salir.


-“Tus pulmones no se ven nada bien, tal vez con una interconsulta con un alergista puede que… no sé, puede ser cuestión de semanas o meses” resonaba en mi cabeza desde que me fui. Puede ser que por eso no presté atención a la sentencia de mi médico; él, mi amigo, quería darme alguna esperanza.

Cuando salí de la estación, no compré combustible para el auto, simplemente seguí de largo por la ruta. Dentro del sobre, había guardado las llaves del auto y el celular apagado, pues en casi dos días no se habían acordado de mí, por lo que supuse que en un par de horas, más o menos, tampoco lo harían. Cada vez me agitaba más, el aire frío no era del todo bueno para mis pulmones deshechos de años de fumador y de tratamientos inútiles. A veces, uno se da cuenta tarde, otros aún más tarde, de que la salud es un bien no renovable.


A esta altura, quedaban atrás con cada paso que daba mis prejuicios; lo último de vergüenza que me quedaba; una pizca de esperanza; y, mi obstinación que fue el motor que me movió por tanto tiempo. Solo quedaba encima de mí, un solo objetivo: llegar hasta allí, a la cima del risco.

Al llegar, me tome unos minutos para respirar el aire fresco. Había unos turistas y otros viajeros, sacándose fotos desde el mirador de Cabo Domingo; juro que la vista era impresionante: el Atlántico estaba allí a sus espaldas, quieto, helado, eterno; al ver semejante masa de agua, me di cuenta que el momento había llegado. Al retirarse los viajantes, me paré de frente al océano y volé hacia él para hacerme uno.


Pasaron unos días y un cartero llego a la casa de mi hermano y le entregó un sobre de papel madera. Al abrirlo vio las cartas y leyó la que era para él:

Verás que no te he puesto fecha, pues en este momento ya no tiene sentido. Vos sabes que más tarde o más temprano, mis pulmones se iban a recuperar, el asma que tenía nunca fue impedimento para que logre mis metas.
Solo quería tener otra oportunidad… desde que perdí a los míos, no he dejado de sentirme culpable. Es más… lo soy. Soy responsable por su ausencia. Quiero que sepas que no he dejado de pensar en ellos desde aquel día. Quiero que sepas que ya estoy con ellos ahora. Donde quiera que sea este “ahora”. Te agradezco el empeño que pusiste los domingos que me llevabas a la cancha; los asados con fútbol; y todo lo que bien que me hiciste.
Te pido dos últimos favores...
 #1 no me juzgue. Yo solo quería estar con el resto de mi familia; y…
#2 el auto está en Cabo Domingo, Río Grande, Tierra del Fuego. Las llaves están en este mismo sobre, para traerlo vas a tener que ponerle combustible. Ya no voy a poder pagártelo, pero tampoco voy a deberte más.

Quiero que sepas que morí, el día que los perdí…hace un año. Mi final, solo se extendió hasta este momento, solo por que antes no tuve el suficiente valor (o no tuve demasiada cobardía, como decís vos). Ellos me llamaban. Debí estar siempre con ellos, desde ese momento.

Te abrazo fuerte, fuertísimo. Te doy un abrazo eterno!

27/07/2015






viernes, 24 de julio de 2015

Distancia

Acaríciame el alma
(a pesar de la distancia)
y aviva la esperanza
de esta persona que ya no la tiene.

Le suplico a la luna te mime,
fiel testigo e intermediaria,
acortando cualquier distancia
entre imaginarias caricias, tuyas y mias.

Reposo en tus brazos imaginarios,
aferro mis sentimientos a la almohada,
mi humanidad te desea de lejos,
sin saber si tu sientes lo mismo.

La distancia ilusiona...
La distancia te mata...
La distancia es real,
mi esperanza aún más...

05/02/2007

sábado, 18 de julio de 2015

Errante


El mundo sigue y sigue
dando vueltas y vueltas
tal vez algún día,
tengas un tiempo para amar.

Sigo naufragando entre promesas 
y sin más consecuencias,
voy flotando
por un mar de ausencias.

Te amare, te amare…
hasta que el viento deje de soplar
y ya no pueda respirar.

Te amare, te amare…
hasta que mi corazón deje de latir
y ya no pueda más sentir.

Yo soy el errante
entre nuestros caminos;
yo soy el errante
en nuestro destino.

18/07/2007

sábado, 4 de julio de 2015

Soy tu...

Golpeo tu puerta
me abres tu corazón
como soy tu me presento.

Me recibes con tus brazos abiertos,
ya no hay desilusión para amar,
solo tengo que olvidarme de mi.

Por una eternidad me salvo siendo tu,
porque ya no vivo en mi
por que ya no soy uno solo.

Una nueva realidad somos:
tu... en mi viviendo;
y yo... solo siendo tu.

13/09/2002