miércoles, 31 de diciembre de 2014

Pequeño milagro...




Eres un pequeño milagro,
delicadeza de la vida,
majestuosa belleza
que se muestra ante mis ojos.

Sentimientos encontrados
ante tu naturaleza:
temor de hacerte daño
con tan solo un abrazo.

Posibilidad de cuidarte
de cualquier mal,
sin que importe
mi existencia propia.

Entenderte sin palabras,
tal vez con caricias,
o tan solo pequeños sonidos,
simplemente pidiendo amor.

Eres un pequeño milagro…
cambiarás mi vida con la tuya,
cambiará tu vida con la mía,
exquisito regalo existencial.

Eres un pequeño milagro,
espero vivir lo suficiente
como para verte correr,
andar, jugar, vivir y soñar.

03/08/2013

domingo, 21 de diciembre de 2014

La loca del barrio

Algunas personas encuentran en su locura la forma más sutil de autodefensa. La demencia puede ser la armadura más utilizada y menos reconocida en las sociedades actuales. Tanto que, la sociedad misma, para no “contagiarse” de lo anormal, separa al loco con todas sus demencias en clínicas o centros especializados. Los que tienen mejor suerte, quedan vagando por las calles de alguna cuidad, mimetizándose con el entorno. 

Foto: Juan Cerasuolo
Le dicen la loca el Barrio Sur. Camina tambaleando de un lado a otro. Viste un jean gastado y sucio; usa polainas que anda arrastrando y pisando con la suela de las zapatillas en su andar. Una cuerda atada a la altura del ombligo le sirve de cinturón, vaya a saber si el pantalón es de su talle, o no. No importa si hace frío o calor, si llueve o si está despejado, ella usa un suéter de lana color verde manzana. A pesar de estar desarreglada, siempre está con el cabello atado, estilo media cola. También usa una vincha, como si hubiera quedado paralizada en finales de los años ’80. Lleva consigo, siempre, una mochila remendada por todos lados, se logra ver los parches de lonas o retazos de telas de diferentes colores. Papeles y lapicera en la mano, vaya a saber dónde las consiguió.

Foto: Juan Cerasuolo
Hace ya unos cuatro o cinco años que se la ve dar vueltas en la misma esquina, 24 de septiembre y José Colómbres. Allí, hace algunos años más atrás aún, funcionaba una librería muy grande, que tenía ventanales muy altos, ahora cerradas con una persiana por adentro, dicen los vecinos que desde que murió su dueño hace como diez años, no pueden terminar con el juicio de sucesión. Mientras tanto, la loca se sienta en la base de mármol de esas ventanas, como haciendo posesión del lugar. Muchos, por no decir que todos, ignoran su locura, prefieren hacer hincapié en su indigencia, es como más normal ver a un indigente por las calles que a un loco suelto.

La loca, recorre el barrio gritando cosas que muchas veces no se entienden; solamente se logra descifrar que busca a una persona: su marido. Hay veces que por su forma impetuosa de acercarse vociferando, asusta a las personas que circulan por esa esquina; otras veces, las personas que ya están acostumbradas a verla en el mismo lugar, la esquivan sin miramientos, es como que su sola apariencia repele a todo el que pase por allí.
Foto: Juan Cerasuolo

Hay muchas historias que se dicen en esa cuadra, como si fueran hipótesis de por qué está loca “la loca”, o cómo es que llegó hasta allí. Se dice que pregunta tanto por su marido, porque él la abandono cuando se dio cuenta de su situación mental; otros versiones cruzadas, dicen que el marido murió en la Guerra de Malvinas, y que desde entonces que su mente desvaría, púes, lo amaba tanto que no pudo soportar la perdida, y su cabeza murió con él al enterarse. También se dice que ella, ya había nacido “loca”, que es de otra provincia, y que en una “limpieza de vagos” allí mismo, se encargaron de “reubicar” a las personas como ella que andaban deambulando en ese lugar, que a propósito nadie sabe dónde es, y que terminó acá por que se escapó saltando del transporte que la llevaba.

Claro, son todas posibilidades válidas, todas y cada una de ellas, pero no se puede saber cuál es la verdadera, pues, al querer corroborar la información con la misma fuente, es decir, las personas que se acercan a “la loca” para interrogarla, independientemente que sea para ayudarla o solo por curiosidad, son debidamente ahuyentados por ella, con gritos aún más feroces que los que suele dar cuando pregunta por su maridoOtras personas dicen que era excelente estudiante, la mejor de todas en la Facultad de Medicina, y que tanto estudiar le fritó los sesos, y que partir de ahí padece demencia senil. También he oído que habría perdido un hijo, lo que la volvió loca. Estas dos últimas no explica por qué pregunta por su marido.

Foto: Juan Cerasuolo
En algunas ocasiones, cuando ella está cansada de andar y andar y preguntar, se logra escuchar que habla entre dientes con seres que solo ella puede ver; y se la escucha balbucear retos, acompañados por toda una gesticulación de su rostro: seño fruncido, labios tensos, ronca la voz con tono de enojo; diciendo que se fue, que la dejó sola, que la abandonó allí mismo en esa esquina de la librería cerrada, que ya tiene que volver. 

Puede haber sido un accidente, puede haber sido que la abandonó, o puede haber sucedido cualquier cosa; lo real es que ella, “la loca del barrio”, está allí en su esquina; envuelta en su demencia, tambaleando en su andar; abrigada demás independientemente de la temperatura ambiente; delirando entre sus gritos y sus escrituras. La “loca del barrio” está loca de soledad.

15/10/2014

lunes, 8 de diciembre de 2014

Un beso...



Tus ojos mirando están
el horizonte que muera allá.
Voy caminando por ahí,
en la arena caliente del mar.
Dame un beso y olvídate ya,
todas las cosas te pasaran.
Es corto el tiempo y se va,
quédate junto a mí, no te alejes más.
No me hagas esperar,
que contigo quiero andar.
Solos por aquí o por allá
y nuestras almas se juntaran.
Dame otro beso y te olvidarás
de las cosas que te pasarán.

08/12/2005

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Olvidarte


Si tuviera que olvidarte
ya no tendría que sentir;
cómo poder lograrlo...
si es más difícil que vivir;

Si tuviera que olvidarte,
que es más fácil para ti,
porque el trabajo no lo haces vos
y pones todas las trabas para mí.

No se lo que tú haces,
tampoco lo que tendrás,
pero me tienes atrapado
y no sé como escapar.

Solo dime cómo olvidarte
no puedo esperar más,
tengo otro amor en puerta
y de vos no me puedo despegar.

Por qué es tan difícil olvidar,
como esclavo estoy aquí,
tal vez algún día pueda librarme
de lo que siento y de ti.

03/12/2007